Si en nuestro próximo viaje a La Rioja queremos visitar los Monasterios de Suso y Yuso, en San Millán de la Cogolla, nuestra manera de actuar es diferente y deberemos adquirir las entradas en lugares distintos: el monasterio de Suso está gestionado directamente por el Ministerio de Cultura y Yuso por la comunidad de agustinos recoletos que habita en él.

Suso tiene una capacidad de acogida de 25 personas cada media hora para preservar el lugar del deterioro con excesivas visitas a lo largo del año. Esto quiere decir que si nuestro grupo es numeroso, tendremos que pasar en dos turnos, aunque seamos únicamente 30 personas (la organización es muy estricta al respecto). Por otra parte, hay que tener en cuenta que las entradas se reservan telefónicamente en la oficina de turismo de San Millán pero hay que llegar a recogerlas a más tardar 25 minutos antes de la hora de visita (en la planta baja del Monasterio de Yuso). En caso contrario, al estar los pases tan solicitados, se da de baja la reserva.


Los vehículos privados no pueden subir al monasterio: se sube y baja en un autobús  que sale de la calle principal. En caso de visitantes con sillas de ruedas, por ejemplo, se obtiene un permiso especial en la misma oficina de turismo para subir con el medio de transporte propio. También está la posibilidad de hacer el trayecto andando: se trata de un paseo de unos veinte minutos muy recomendable de primavera a otoño y bien señalizado. Eso sí, la cuesta es empinada.

Monasterio de Suso, San Millán de la Cogolla

Una vez pasados estos pequeños trámites, el visitante puede disfrutar de un monasterio que comenzó a erigirse a partir de la cueva donde el Santo vivió de eremita entre los siglos V y VI, con arquitectura mozárabe, visigoda y románica. Es un edificio reducido en dimensiones pero con una historia amplísima a sus espaldas.

¡Que lo disfrutéis!